Hoy ha sido un día muy especial para unos buenos amigos. A ellos, para que sigan teniéndose el uno al otro con el mismo cariño y la misma intensidad que en este primer aniversario quiero dedicarle esta entrada. Una entrada que tiene como escenario una de las ciudades más bellas del mundo y, como no, con un significado especial para la pareja. Para vosotros, para Manuela y Raúl con todo mi afecto. ¡Felicidades!
Hoy vuelvo a la ciudad enamorado
donde un día los dioses me envidiaron.
Sus altas torres, que por mí brillaron,
pavesa sólo son desmantelada.
De cuanto yo recuerdo, ya no hay nada:
plazas, calles, esquinas se borraron.
El mirto y el acanto me engañaron,
me engañó el corazón de la granada.
Cómo pudo callarse tan deprisa
su rumor de agua oculta y fácil nido,
su canción de árbol alto y verde brisa.
Dónde pudo perderse tanto ruido,
tanto amor, tanto encanto, tanta risa,
tanta campana como se ha perdido.
Antonio Gala
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