Hace unos días leyendo un artículo periodístico recordé una de las entradas de este blog que se ponía en duda el futuro de los libros en cuanto a su formato: ¿papel o digital?. Y es que precisamente hace unos días saltó la noticia de que una empresa sevillana se sitúa a la vanguardia y desarrolla el primer proyecto de libro electrónico. Su director general augura, como ya lo han adelantado otros tantos, que el paso del papel físico al soporte digital sera cuéstion de tiempo y se convertirá en una auténtica revolución, tal y como pasó hace unos años con los teléfonos móviles.
Es verdad que el libro, le cambien o no el formato, seguirá siendo un libro; y la afición que tenemos a los de papel seguirá estando presente y, por tanto, editoriales que lo sigan publicando de igual manera que se siguien editando discos de vinilo.
Una vez más las nuevas tecnologías nos arrastran en este oceano inmenso del mundo cambiante por más que nos guste los modelos tradicionales y ese futuro está ya tan inmedito que el propio gobierno italiano ha duado luz verde para que los libros de texto tengan formato e-book a partir del próximo curso escolar.
Hasta entonces las estanterías de aquellos aficionados a la lectura, en los que me incluyo, seguirán cargados de papeles encuadernados que van cambiando su blancura por una tonalidad más amarillenta por el paso de los años; y sin embargo, no debemos negarnos a estos nuevos soportes. Es cuestión de adaptarse...
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