
Así es, la dichosa crisis también ha llegado al barrio más popular entre los más pequeñajos, al conocido "Barrio Sésamo".Es que nadie está ajeno a esta situación que nos está dando más de un quebradero de cabeza. Y no es que Chema, el panadero, tenga que cerrar su establecimiento, por cierto una PYME, o que a Julián, el pensionista que regentaba el kiosco de chuche, le hayan bajado la pensión. No, tampoco es que el aventurero de Don Pimpón tenga que dejar sus magníficos viajes ni que Epi y Blas no lleguen a fin de mes. La cosa es más seria de lo que parece, no habrá ni para galletas para Friki, la agencia de noticias despedirá al reportero Gustavo y a Espinete no le llegará ni para comprar un nuevo pijama,...
Bromas aparte, la entidad educacional sin ánimo de lucro que dirige y produce la famosa serie ha anunciado que reducirá una quinta parte de sus trabajadores debido a las "turbulencias" de los mercados. Sesame Workshop, la organización no lucrativa lleva 41 años en activo y ha sobrevivido hasta ahora gracias a las donaciones de las empresas de Wall Street y fundaciones privadas, por lo que la reducción de las actividades filantrópicas de estas corporaciones les ha golpeado de lleno.
Ahora, también a ellos, le tocan tiempos difíciles. Sus trabajadores, que tanto ingenio e ilusión han llevado a nuestros niños, no quieren cambiar su sonrisa por ese rostro triste que una despedida conlleva. Porque las marionetas serán de trapo, pero detrás de ellos hay gente que siente y vive, y cada uno con una historia que contar... Esto es simplemente un detalle más de lo que estamos viviendo, o mejor dicho, sufriendo.
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