miércoles, 23 de noviembre de 2011

LETRAS CONTRA LAS INJUSTICIAS




Cuando intentamos acercarnos a una definición al concepto de "literatura" no perdemos de vista los tres enfoque esenciales para poder acotar un término tan amplio y tan rico: el enfoque estético, comunicativo y el social. A este último me quiero referir en esta ocasión, un enfoque lleno de cientos de matices de los que elijo el reivindicativo como fáctor útil y necesario para todo buen escritor. Leí una vez del propio Juan Goytisolo cuestionarse la labor del escritor frente a la barbarie de este loco mundo que nos rodea, donde la misma escritura quedaba amenazada como un simple bien de consumo. Más allá de esta idea y con un espíritu más romántico del hecho literario soy de los que pienso que la literatura es una excelente arma de denuncia que, tanto literatos como simples aficionados como el que os escribe, estamos obligados moralmente recurrir para luchar desde nuestra propia "escribanía" contra las injusticias sociales y reivindicar un mundo mejor.

De todos es sabido que atravesamos una fogosa tormenta en la que las embarcaciones están quedando tocadas e incluso hundidas y el naufragio parece ser inevitable entre aquellos más necesitados. Náufragos impotentes para luchar contra la marea materialista, atrapados por un sistema que nos empuja hacia aguas revueltas, hambrientos de recursos y sedientos de gestos solidarios venidos por los que más tienen. Miles de personas mueren cada día en un planeta que vive ofuscado por destruirlo, dedicado a conflictos sociales sin sentido y a ser cada vez más competitivo y egoista. Ante una sociedad necesitada de buenos marineros que sepan reconducir la nave, buscar nuevos rumbos y auxiliar a los que piden ayuda, se nos presenta una clase política que se asemeja cada vez más a piratas saqueadores que, con parche en el ojo y "pata de palo" incluidos, nos siguen tirando por la borda previo pago de lo poco que nos queda.

A nosotros; a mí que escribo pero también a tí, amigo lector, siempre nos quedará defender nuestra dignidad; no dejarla vender al mejor postor, defendernos de esos ataques venidos a traición y retomar con fuerza nuestra mejor arma, la literatura y la palabra, para que esta aventura nuestra pueda tener un final feliz. O al menos... más justo.

1 comentario:

Argax dijo...

Toda literatura, para mí, es un acto social y si afinamos político. No explicitamente político, pero si el que escribe es sincero siempre mostrará la realidad (aun en la ficción más descarnada) sin alguna de las capas que desde la superficie del día a día nos impiden penetrarla.

Así que no nos callemos. A la larga se nota.

Un abrazo. Esta entrada me llegó especialmente.