martes, 6 de septiembre de 2011

LA VUELTA AL COLE




Después de las vacaciones de verano, las aulas vuelven a llenarse de estudiantes para afrontar un nuevo curso escolar. Buen momento, sin duda, para tratar y reflexionar algunos aspectos sobre educación que os invito a compartir. Y es que, aunque se trate de uno de los derechos fundamentales de nuestra sociedad, aún nos queda mucho camino que recorrer para garantizar una educación pública y de calidad para todos. La dichosa situación de crisis que estamos sufriendo también está haciendo mella en este sector y, por mucho que nuestros políticos quieran negarnos, se están produciendo importantes recortes que al fin y al cabo afecta de forma directa a nuestros estudiantes.
El actual sistema educativo se mantiene cuestionado constantemente y mientras tanto no se le está dando solución a los grandes problemas de fracaso y abandono escolar que siguen creciendo cada año. Un número importante de jóvenes abandonan sus estudios sin terminar la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), mientras que otros tantos, inmotivados en su mayoría, fracasan antes de sacarse el título deseado. Una pescadilla que se muerde la cola, a la que el propio sistema y, por ende, nuestros políticos, no están sabiendo poner remedio. A estos grandes conflictos se suma además la degradación del papel del profesorado, que se enfrenta en su día a día con grandes problemas para desarrollar con normalidad su trabajo docente. Si seguimos con otras dificultades, no debemos obviar la falta de plazas en guarderías infantiles, la falta de financiación en centros escolares, la demanda de más maestros y profesores o el incremento de la ratio de alumnos por clase. Todo ello sin mencionar siquiera la implantación del conocido “plan Bolonia” en nuestras universidades y sus inmediatos recortes en las enseñanzas superiores.

Viéndolo así quizás pareciera una visión catastrofista de nuestro sistema educativo, pero más lejos de mi intención, son solo algunas pinceladas de la situación actual del sector. Una situación que más allá de la propaganda fácil y populista del reparto de ordenadores o la gratuidad de los libros de texto, medidas todas ellas que podrían ser muy positivas; pasa por la necesidad de una apuesta firme que lleve la educación al nivel que se merece, con un respaldo total de la sociedad y un sistema que se adapte a la realidad en todos los sentidos. No podemos consentir que en un país como el nuestro en pleno siglo XXI y con la que está cayendo, seis de cada diez demandantes de empleo no tengan ni siquiera el graduado escolar. En algo estamos fallando o a la educación no se le está dando la importancia que tiene. Sin embargo, cada vez más y como estamos viendo ya en muchas comunidades autónomas, se opta por privatizar poco a poco el sector, consiguiendo así que los mejores estudios sólo estén al alcance de aquellos con mayor poder adquisitivo… Una situación que significa un frenazo al desarrollo de la educación pública y de calidad que cada persona tenemos derecho. ¿O también éste nos lo quieren recortar?

Artículo escrito para la publicación en la revista "El Plebeyo"

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