martes, 17 de mayo de 2011

LA VOZ DE LA CALLE




En estos días en los que estamos ya un poco hartos de tantas promesas electorales y la campaña llega a su fin, en los que nos vemos arrastrados casi sin querer por las mareas multicolores de las caravanas partidistas y seguimos siendo testigos de su mercadeo político, un nuevo movimiento social entra en escena y convulsiona las calles de nuestras principales ciudades manifestandose motivados por un descontento generalizado sobre la situación actual y, por ende, por la ineficacia de nuestros políticos. La han llamado plataforma "Democracia real ya" e inició su andadura de calle con su convocatoria del ya conocido 15-M. En ella, iudadanos sin apego a ninguna corriente política y , ayudados por las nuevas tecnologías, quieren llegar a la ciudadanía su inconformismo social y llevar a cabo una serie de acciones que expresen la misma voz de la calle, la propia voz del pueblo.

Hasta lo que he podido escuchar e informarme por los medios de comunicación no sólo se trata de un movimiento juvenil, que también lo es, si no que se trata de un concepto mucho más amplio y complejo. Una nueva forma de hacerse oir que nos puede recordar a las protestas del mismo mayo francés o nuestras las manifestaciones a principio de nuestra etapa democrática. Hasta ahí todo muy interesante, sobre todo cuando se trata de un movimiento surgido propiamente del pueblo, sin estar enturbiado o amañado por otro tipo de intereses. Es cierto que han sido muchas las personas que ha participado en este primer gran acto, personas de todos los ámbitos, desde amas de casa, estudiantes, parados, empresarios o profesores de universidad, y que parece ser que esto es el principio de otras movilizaciones. El problema viene desde el mismo momento que todos y cada uno de los partidos políticos se identifican con este movimiento, desde ese mismo instante el mensaje se distorciona. Y se distorciona porque todo tiende de nuevo a politizarse y pierde su significado pleno.

La cuestión no parece nada sencilla y organizar este tipo de movilizaciones en contra del propio sistema puede ser un arma de doble filo. Por eso hay que ser muy cauto, tener claro que han sido muchas personas las que también han luchado porque se consiga nuestro actual sistema democrático y que, aún siendo partidario por naturaleza del inconformismo, habría que valorar muy bien su alcance.

No obstante,me alegro que nuestra juventud se manifieste por cambiar el mundo y sus injusticias, que demostren que no somos esa "generación perdida" que llaman por ahí y que somos capaces de aportar mucho a nuestra sociedad. Demostrar, al fin y al cabo que más que nosotros los llamados "ni - ni" son nuestros políticos, que "ni saben dar solución a nuestros problemas, ni quieren hacerlo".

Por eso confío que "la voz de la calle" pueda oirse donde tenga que hacerlo y que todo este movimiento se consolide como el verdadero sentir de todos. Pero eso el tiempo nos lo dirá....

1 comentario:

Amador Redondo dijo...

Entiendo Juan, que este movimiento no va contra el sistema al menos no en su base, sino contra los que lo han aprovechado para partir el país y quedarse con el pedazo más jugoso.

Espero que las movilizaciones continúen, espero implicarme cada vez más, espero, de esperanza. Como tu dices ya era hora de que se escuchara una voz limpia.

Un abrazo