En el día grande del día español, a pocas horas de la entrega de los GOYA, quería dedicar la entrada de hoy al contenido de una de las películas destacadas de esta edición. Me refiero a "También la lluvia" de Iciar Bollaín.
Mas allá de la crítica cinematográfica, que hay muchas y muy buenas, quisiera hablar de su temática. Iciar Bollaín ha sabido combinar de forma muy acertada el gran tópico del "buen salvaje" con la realidad social actual. Pasado y presenta se mezclan para retratar la involución del pueblo indígena boliviano. Un tema muy presente en gran parte de la literatura hispanoamericana de todos los tiempos que se ve completado ahora de forma muy original en esta película. El indígena americano sirvió inicialmente como referente del exotismo del nuevo mundo para convertirse más tarde en denuncia de los oprimidos, cuyo máximo representante fue el propio Jorge Icaza.
El impacto social y cultural de la llegada de los españoles al nuevo continente pasó por la intolerancia al pueblo indígena, una opresión a las minorías que siglos más tarde sigue con la misma vigencia. Siendo éste el tema central de la cinta, la directora se sirve de un elemento tan básico y tan preciado como es el agua para hacernos partícipes de la lucha por la dignidad del pueblo boliviano más humilde.
Sin duda, el juego con los "tiempos narrativos" implica al espectador en esa lucha por la dignidad, ahora y cinco siglos antes, desde la visión de los más desfavorecidos y su reivindicación ante el conquistador, ya sea en forma de soldados del siglo XVI, ya sea en forma de gobiernos actuales.
"También la lluvia" es todo un hermoso homenaje a todos esos pueblos que viven y luchan con decencia por su honorabilidad, por sus orígenes y su cultura, su nobleza y su grandeza por encima de cualquier imposición.
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