viernes, 14 de noviembre de 2008

HAIKUS



Hace un tiempo tuve la oportunidad de asistir a un recital de haikus que me hizo descubrir este tipo de poesía totalmente desconocida para mí. Sinceramente me llevé un grato recuerdo de esa experiencia que, al son de música suave de fondo y con el leve olor de un fino incieso quemado, te envolvía en una atmósfera muy propia que hacía casí evadirte del "ruido mundano". Pero más grata aún fue mi sorpresa cuando descubrí que los poetas de haikus eran chavales de apenas dieciséis o diecisiete años que, bajo la batuta de su profesor de literatura, habían hecho realidad uno de sus sueños: publicar su propio libro y recorrerse gran parte de la geografía española gracias a sus recitales... !Todo un buen estímulo para esos jóvenes!

Meses más tarde volví a coincidir con el artífice de esta aventura, Lara Cantizani, quien explicaba entre recitales de haikus todo este proyecto cultural merecedor de varias distinciones y, lo más importante, el protagonismo de unos jóvenes que habían hecho de la literatura y la cultura una puerta abierta para descubrir el mundo.
Con el libro en la mano de "Haikus del mal amor" os dejo con uno de mis preferidos, cuyo tema está a la orden del día.

La sopa fría.
Niños bajo la mesa.
El tenedor.


Tamara Gutierrez Mármol

4 comentarios:

ociro dijo...

Buenos dias, Juanillo!

Pues nada, aqui me tienes. Seguiré con atención todos tus escritos.

un abrazo.

penalizado dijo...

Hola, me gusta el diseño pulcro de tu blog pero:

un haiku tiene medida y la del que escogiste no es la suya pues creo que es 5-7-5 y no 5-7-4.

A pesar de ello, me parece liviano y agradable pues me recuerda a un personaje de cómic.

Juan Ruiz dijo...

Bienvenido penalizado a mi blog. Me alegra que te gusté el diseño. Con respecto al haiku, es verdad que no cumple con la medida, pero su contenido puede evocar tantas cosas que creo que no deja a nadie indiferente, ¿no crees?

qp dijo...

Quizá. No estoy seguro. Me parece más bien descriptivo y, como metáfora me quedo sólo con un sentido.

Me gusta, que conste.