Son ellos, niños y jóvenes,
los que constituyen el verdadero futuro de nuestras cofradías. Son ellos,
hijos, sobrinos y nietos del mundo cofrade los que se convertirán en nuevos
capataces de esta tradición y devoción tan nuestra. Lejos de la visión negativa
de nuestra juventud indolente y desilusionada, soy de la opinión de confianza y
apoyo hacia los más jóvenes. Porque son ellos los que se presentan en este
nuevo escenario como personas con buena preparación, dispuestos a ofrecer lo
mejor de sí para labrarse un futuro digno, mejor que lo hicieron sus padres o abuelos.
Jóvenes que se comprometen a través de asociaciones y colectivos para
desarrollar sus propias aficiones o compartir sus preocupaciones; jóvenes que
también confían en la palabra de Jesús como guía espiritual y, por ende, buenos
cofrades que participan activamente en nuestras hermandades. Es nuestra labor
inculcarles a estos nuevos cofrades la importancia del mensaje de Jesús; pero
también hay que avivar en ellos los valores de respeto, tolerancia y
solidaridad sin los cuales todo esto no tendría sentido alguno.
Las Hermandades deben ser un
foro abierto de ayuda al necesitado, llevar por estandarte la caridad
cristiana, mostrar el rostro de Cristo y su Stma. Madre más solidario y, como
no, servir como ejemplo en la construcción de un mundo sin injusticias y mejor
para todos. El enriquecimiento de nuestra Semana Mayor no sólo está en el
estreno de nuevos enseres con mejores repujados materiales; el enriquecimiento
de nuestra Semana Santa está en el convencimiento de esos valores humanos que
debemos inculcar a estas generaciones venideras. El éxito de nuestras
Hermandades vendrá cuando erradiquemos víctimas de violencia y restemos odios
y guerras, cuando niños en el mundo no
mueran de hambre e inocentes dejen de ser engañados; cuando consigamos ilusión
para aquellos que están perdidos, cuando sigamos cuidando a nuestros enfermos,
cuando no dejemos abandonados a nuestros mayores y cuando las lágrimas de
oración se conviertan en lágrimas de esperanza.
(Fragmento del Pregón de Semana Santa 2013 pronunciado el día 17/03/2013 en la Parroquia de Ntra. Sra. del Socorro de Badolatosa (Sevilla))
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