Desde hace varios meses, el Defensor del Pueblo Andaluz se mostraba incómodo para la mal llamada "clase política" de nuestra tierra. José Chamizo acrecentaba sus críticas a la gestión del gobierno andaluz y la oposición en estos tiempos de crisis en los que muchos ciudadanos lo están realmente pasando mal. Tanto es así que nuestros políticos, afincados en ese Olimpo que tanto le caracteriza, comenzaron a hacer rodar la maquinaria hasta que, al fin, y por una llamativa unanimidad, han decidido que ya era hora de decirle adiós al que ha sido la voz del pueblo andaluz durante los últimos 17 años.
La figura de José Chamizo se recordará precisamente por su cercanía, compromiso y solidaridad con los más necesitados, dándole alma a una institución que el propio ciudadano ha hecho suya para denunciar y recorrir causas no resueltas por otras instancias administrativas. Chamizo siempre se ha presentado en nuestro Parlamento libre y claro para que, con su discurso, esos políticos ensalzados en sus tantas veces estúpidas discusiones, bajen al mundo de los mortales y sepan cómo es verdaderamente la vida, la sociedad, los problemas y las preocupaciones del pueblo llano.
Con su tajante decisión de cambiar al Defensor del Pueblo Andaluz, los políticos de nuevo se tapan los oídos para no conocer la realidad. Creen torpemente que callando una voz crítica pueden callar los problemas y no saben o no quieren saber que con este tipo de posturas se alejan aún más de los que realmente los ponen en sus sillones parlamentarios. Por ello, creo que ha sido una gran torpeza esa decisión unánime de socialistas, izquierdistas y populares de quitarse del medio a esta persona. Más aún cuando en estos momentos hace más falta que nunca tipos como don José Chamizo, con experiencia y cercano a un pueblo que cada vez cree menos en sus representantes.
Tuve la ocasión de conocerlo personalmente al frente de la institución que representaba y por el breve contacto que tuve con Chamizo, me pareció un "DEFENSOR" con mayúsculas, atento a la problemática del ciudadano, solidario, con un gran equipo detrás y firme en sus decisiones de poner voz al pueblo. Mis pocas entrevistas con él hicieron acrecentar mi buena imagen sobre la institución de la que, sin duda, era su cabeza, alma y corazón.
Esa institución como tal seguirá pero de igual forma, esté donde esté José Chamizo, también seguirá siendo siempre defensor...
