¡Cómo pasa el
tiempo! Hace unos días estábamos desmontando el Belén y casi sin darnos cuenta
estamos de nuevo en días de Cuaresma. Las hermandades aceleran sus trabajos y
la antesala de los días de Pasión llegan con ese embrujo de siempre con el que
disfrutaremos de los primeros olores a incienso, los primeros sones de marchas,
tertulias cofrades en los cuartelillos y la misma, la misma de ilusión de
siempre. La familia cofrade de nuestras Hermandades y Cofradías preparan sus
últimos detalles y se configura estos
días un nuevo calendario que, curiosamente, contamos hacia atrás porque ya son
muchas ganas de poder ver por nuestras calles a nuestros Titulares. Serán días
de ensayos de costaleros, de reuniones de hermandades, de nuevo cartel de
Semana Santa, de preparar túnicas y capas, de certamen de bandas… Será una
nueva Cuaresma.
La
hermosa estampa de nuestra “Borriquita”
será este año la imagen de nuestra Semana Santa y hasta ese día, hasta el
Domingo de Ramos, cuarenta días para preparar la conmemoración más importante
para la fe cristiana: la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Días en el
que faltan horas para hacer de nuestros pasos, el mejor de los altares vivos y
seguir mostrando a nuestro pueblo esa forma tan peculiar que tenemos en el sur
de evangelización, paseando por nuestras
calles a nuestros Cristos y nuestras Vírgenes. Y mientras todo se va
preparando, seguiremos disfrutando de esas noches de Cuaresma en ambientes
cofrades y de nuevo, y otra vez casi sin darnos cuenta, estaremos a las puertas
de nuestra Iglesia para ver cómo Jesús y su Santísima Madre nos acompañan una
vez más a la llegada de la primavera en esta hermosa tradición.
Una semana
antes que las puertas de esa bendita casa se abran para dar paso a la Semana Mayor,
este que ahora os escribe tendrá la gran responsabilidad de pregonar tantos
sentimientos y recuerdos en torno a la Semana Santa de nuestro pueblo.
Entonces, en ese Domingo de Pasión, detrás de un atril bajo las plantas de
Nuestra Patrona, serán tantas las cosas que se me pasen por mi cabeza y vibren
en mi corazón, que solo tendré palabras de agradecimiento por haber sentido una
vez más una nueva Cuaresma y estar casi rozando un año más, una nueva Semana
Santa. Allí, entre nervios y emociones, quiero presentarme como un cofrade más
que siente con fervor las formas y maneras que este pueblo nuestro tiene de conmemorar los últimos días de nuestro
Señor.
Será entonces
pues, una nueva Cuaresma. Pero en esta ocasión para mí, no una Cuaresma
cualquiera.
* Artículo publicado en el blog "Badolatosa cofrade"
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