viernes, 29 de octubre de 2010

SOBRE LA MUERTE




Con la llegada del día de los difuntos el próximo día 1 de Noviembre, más allá de fiestas de Halloween, la muerte siempre ha sido un tema recurrente en todas las disciplinas artísticas y en la literatura no ha sido menos. El mundo de los muertos ya en la mitología clásica, las danzas macabras o la muerte igualadora de Manrique, sin duda, son un referente para nuestra literatura hispana; muerte que se va repitiendo en todas los tiempos y en los grandes autores y sus obras. Nuestro Quijote murió tras sus aventuras y desventuras de caballero andante, como igual murieron por su amor Calisto y Melibea. Muertes que se repiten en novelas, obras dramáticas y poemas de todas las temáticas. Uno de esos poemas es el que he elegido hoy para ilustrar este tema, un canto a la muerte por parte de un autor que supo describirla de cerca, sentirla a través de sus leyendas y en esta rima en particular. Me refiero a la RIMA LXXIII del sevillano Gustavo Adolfo Bécquer.

Cerraron sus ojos
que aún tenía abiertos,
taparon su cara
con un blanco lienzo,
y unos sollozando,
otros en silencio,
de la triste alcoba
todos se salieron.
La luz que en un vaso
ardía en el suelo,
al muro arrojaba
la sombra del lecho,
y entre aquella sombra
veíase a intérvalos
dibujarse rígida
la forma del cuerpo.
Despertaba el día
y a su albor primero
con sus mil ruidos
despertaba el pueblo.
Ante aquel contraste
de vida y misterio,
de luz y tinieblas,
yo pensé un momento:
“¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!” .
[…]
El luto en las ropas,
amigos y deudos
cruzaron en fila,
formando el cortejo.
Del último asilo,
oscuro y estrecho,
abrió la piqueta
el nicho a un extremo;
allí la acostaron,
tapiáronla luego,
y con un saludo
despidióse el duelo.
[…]
¿Vuelve el polvo al polvo?
¿Vuela el alma al cielo?
¿Todo es, sin espíritu,
podredumbre y cieno?
¡No sé; pero hay algo
que explicar no puedo,
que al par nos infunde
repugnancia y duelo,
a dejar tan tristes,
tan solos los muertos.

2 comentarios:

Argax dijo...

A mi personalmente me gusta mucho más esto que la forma de celebrar la muerte a lo Halloween.
Es evidente que la muerte está presente en todas las tradiciones y culturas, tratada de diferentes formas. Nuestro país, por católico y por más cosas supongo, siempre ha tendio una visión grave de la muerte.

Me gusta Bécquer, esta rima, una de sus más clásicas, se deprende de la parafernalia de la muerte, de metafísicas y se plantea algo sencillo que si se piensa con frialdad atemorizaría a cualquiera, qué solos se quedan los muertos, y qué frío el nicho, y que profundo el silencio. Después de la muerte nada.

Me gustó la entrada, porque nos trae a nuestra propia costumbre de tratar con los muertos.

Un beso

Anónimo dijo...

¡Hola! Todos sabemos que un día llegará y en la sociedad en que vivimos se esconde la muerte, pocas veces se muere en la cama, en el hogar y rodeado de los que amamos...
Parece que el tema se repite en los blogs, me ha gustado como lo planteaste y me había olvidado de este rima de Bécquer en donde nos encontramos a los muertos hundidos en la nada.
Saludos