jueves, 16 de septiembre de 2010

LA DUENDECILLA




Cuenta una leyenda que una duendecilla habiendo llegado a una edad madura, había vidido unos 900 años, quiso hacer un pacto con los dioses y entregarles parte de sus poderes a cambio de la juventud eterna. Después de mucha meditación, los dioses aceptaron su petición a cambio no sólo de gran parte de su magia, sino también con la condición de que en su vida eterna tendría que ayudar al prójimo.

Un buen día, al despertarse, la duendecilla notó su transformación y su imagen fue la de una joven llena de energía, juventud y esplendor; de belleza inigualable que le hizo recordar su mejor etapa joven. Nuestra duendecilla había conocido a grandes líderes mundiales, había vivido de cerca momentos históricos únicos y con sus poderes quiso siempre luchar por las injusticias. No dudó entonces que los dioses habían valorado su trayectoria vital para concederle su último deseo. Incluso sus amistades contaban en forma de anécdota que, ayudada por el poder de la invisibilidad, ayudó a Colón a sostener en pie su famoso huevo para convencer a los Reyes su campaña al descubrimiento.
Ahora su vida había cambiado y, aunque joven de aspecto, era una duendecilla adulta y madura, con ganas de seguir ayudando a la gente y otorgarles esa pizca de benevolencia que acostumbraba a derrochar.
Sigue la leyenda que esta duendecilla está por todos lados y actúa casí sin aparecer cuando menos te lo esperas. Si te la encuentras llámala "Suerte".

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